El intelectual marroquí Hassan Oureed destacó que las preocupaciones por la seguridad y el pan han eclipsado la importancia de la democracia en el mundo árabe. Hablando durante una sesión en la conferencia internacional de derechos humanos en Sarajevo sobre el tema "El Pacto Democrático Árabe... Una hoja de ruta para la democracia árabe", afirmó: "La democracia ya no es una prioridad". Oureed reflexionó sobre cómo, en la década de 1980, el llamado a la libertad y la democracia dinamizó los movimientos sociales, especialmente durante la Primavera Árabe.
Expresó su esperanza de estar equivocado al creer que la democracia ya no es un foco para las sociedades árabes, destacando la sombría realidad de que algunas comunidades se están "alimentando de basura", no metafóricamente sino literalmente. Oureed también mencionó su angustia por el creciente número de mendigos en su país, y señaló que este cambio antropológico indica un alejamiento de la priorización de la democracia.
Cuestionó la alternativa a lo que denominó la "muerte" de muchas narrativas y sugirió que la aparente ausencia de seguridad conduce al surgimiento del populismo. Destacó a Túnez como un caso de estudio, indicando que el liderazgo no logró enfrentar los desafíos, lo que resultó en una demanda populista que generó figuras antipolíticas. Oureed advirtió que esto se ha transformado en una especie de autoritarismo, al que se refirió como "populismo autoritario".
Explicó además que el autoritarismo en el mundo árabe se presenta como una realidad singular, fusionando varias formas de represión. Oureed concluyó afirmando que las sociedades no pueden alcanzar la madurez o la autonomía mientras estén bajo un gobierno militar, identificando al ejército como un actor político importante en lugar de un protector de la nación.